Por si alguien dudaba de que el coste de la vida está subiendo a una velocidad muchísimo mayor que los salarios, el totem del entretenimiento contemporáneo acaba de anunciar una subida encubierta de tarifas.
Netflix acaba de suprimir su plan básico que valía 9,99 euros y ahora deja como tarifa más baja la que incluye publicidad que costará 6,99 euros mientras que la nueva tarifa básica sin publicidad es la que antes se llamaba tarifa estándar que sigue valiendo 13,99 euros y mantiene la premium que valdrá 19,99 euros.
Las reacciones de los usuarios se dividen entre la furia de ver que la empresa sube sus tarifas de manera encubierta y quienes se resignan porque dan por hecho que una vez que Netflix ha conseguido colocarse como servicio principal de streaming va a subir sus precios todo lo que pueda.
Las experiencias de quienes ya han sufrido este cambio en otros países varían entre programas sin anuncios, unos pocos, y series y películas muy famosas plagadas de bloques de entre tres y cinco anuncios de entre quince y sesenta segundos cada uno, nada distinto de lo que hace la televisión tradicional. También hay un glitch por el que cuando se programa un bloque de anuncios pero ningún anunciante ha pagado por aparecer en él la emisión se entrecorta dos o tres segundos y es astante desconcertante.
Otra de las pegas que tiene el plan básico con publicidad es que no incluye todo el catálogo y aparece contenido bloqueado con el icono de un candado y solo se puede ver en un único dispositivo, con una resolución máxima de 1080 píxeles y además no funciona en algunos televisores antiguos o que tienen apps obsoletas.
Para quienes tenían una suscripción es un cambio forzoso y seguramente les sentará bastante mal aceptar los anuncios o tener que pagar más por el mismo servicio. Para los nuevos usuarios elegir el producto es tan sencillo como optar entre una suscripción con anuncios que vale 7 euros más o menos y otra sin anuncios que vale el doble.
A quienes no les ha gustado nada por supuesto eran a quienes tenían la cuenta básica y compartían las contraseñas porque ahora tendrán que pagar la suscripción de 14 euros para seguir compartiéndolas ya que la suscripción básica con anuncios solo se puede utilizar simultáneamente en un dispositivo.
De todos modos hay hasta el diecinueve de septiembre como mínimo para elegir el plan que se va a contratar y optar por el más limitado con publicidad o pagar el doble por el catálogo completo, sin anuncios y con un poquito más de calidad de imagen.
También se puede optar por cualquiera de las muchas muchos servicios de streaming gratuito (Divergente, Pluto, etc.) e informarse a través de las redes sociales y dedicar el tiempo restante a relacionarse con seres humanos. Es una opción y es gratis.