El dato incómodo es tozudo: la renta real disponible de los hogares españoles apenas ha avanzado desde 2010, mientras en la UE ha subido alrededor de un 20 %; lo recoge con crudeza el análisis de las tablas de Eurostat y del Banco de España cuando se mira el poder adquisitivo en términos reales. Es decir, incluso con una economía que crece por encima de la media europea en algunos trimestres, el bolsillo de las familias no lo nota como debería.
Vivienda: ayudas a la demanda, oferta encorsetada y alquiler que no afloja
El alquiler sigue subiendo a doble dígito: en agosto de 2025 el precio medio ofertado fue 14,5 €/m², lo que supone un +10,5 % interanual, con máximos recientes y apenas ningún alivio mensual. En ciudades grandes, la búsqueda de piso se ha convertido en una carrera de obstáculos que muerde la renta disponible de los jóvenes y de cualquiera que no sea propietario. Los datos no son opinables: ahí están, mes a mes.
La idea de los cierrabares del Gobierno ha sido subvencionar la demanda —bonos, topes, cheques— sin despejar la oferta, justo lo contrario de lo que recomiendan desde hace años los equipos técnicos del Banco de España: licencias más rápidas, seguridad jurídica y certidumbre para que salga vivienda al mercado. Si inyectas dinero a inquilinos en un entorno de escasez regulatoria, los precios tienden a reabsorber la ayuda. El resultado es menos renta disponible y más economía sumergida (temporadas, habitaciones, subarriendos).
El esfuerzo para comprar una vivienda tampoco invita al optimismo: según series de Banco de España, una familia necesita más de siete años de su renta bruta para adquirir vivienda, más del doble que hace tres décadas. Si a esa barrera de entrada le añades tipos aún relativamente altos sobre los mínimos históricos y costes indirectos, el mensaje que recibe una pareja joven es claro: o alquilas caro o postergas proyectos.
Cesta de la compra: la inflación baja, pero la herida sigue abierta
La inflación general se ha moderado (IPC 2,7 % interanual en agosto, subyacente 2,4 %), pero dos años largos de subidas de precios no se borran con un par de trimestres templados. Llenar el carro sigue saliendo caro y los salarios, de media, no han acompasado la subida acumulada. En otras palabras: el daño de base persiste y la renta real no remonta al ritmo deseable.
Medidas vistosas como “cestas controladas” o rebajas temporales de IVA alivian la foto durante semanas pero no corrigen cuellos de botella en la cadena alimentaria ni reducciones en competencia logística y energética. Los informes europeos insisten: cuando se suben los impuestos al trabajo y a la energía a la vez que se aumenta el gasto corriente, la renta disponible se resiente por vía doble. Y España, desde 2020, ha multiplicado impuestos temporales que amenazan con hacerse permanentes.
Trabajo e impuestos: la cuña fiscal sube y el autónomo es el que paga el pato
La presión fiscal española para un trabajador medio alcanzó el 40,6 % en 2024 (media OCDE 34,9 %). Es el puesto 13/38 en la clasificación de presión sobre el empleo, con tendencia al alza frente a 2023. Que el salario nominal suba algo no implica más neto si la factura fiscal y de cotizaciones sociales empuja en dirección contraria. La fotografía es meridianamente clara y no admite maquillaje.
El MEI (Mecanismo de Equidad Intergeneracional) elevó en 2025 su recargo al 0,8 puntos sobre la base por contingencias y además entró en vigor la cotización adicional de solidaridad para bases altas. Más costes laborales, menos contratación neta y menos renta disponible mensual. Lo dice el BOE, sin literatura.
El sistema de cuotas por ingresos reales para los autónomos prometía justicia contributiva y está generando tasas efectivas más altas para miles de profesionales que facturan poco y viven al día. Con tramos que van de ~200 € a ~590 € mensuales y regularizaciones complejas, lo que llega al banco a final de mes es menos y la incertidumbre más. Hace falta simplificar, ligar cuotas a tesorería real mes a mes y deflactar IRPF y módulos de verdad, no a golpes de nota de prensa. Lo que se está viendo con los ingresos por cotizaciones cuesta a abajo y sin frenos en 2025 lo confirma.
Al fnal resulta que con una carga fiscal alta, recargos adicionales y cotizaciones que no paran de crecer, la renta disponible del trabajador —por cuenta ajena y por cuenta propia— pierde terreno. Cuando tu Estado te pide más mientras tu carrito y tu alquiler también te piden más, las cuentas no le salen a nadie.
Ruido político y casos judiciales que condicionan las decisiones económicas
Si se añade ruido institucional a un cuadro económico frágil y el resultado es conocido: las familias y las pymes aplazan decisiones y el Gobierno recurre a medidas de impacto de corto plazo. El calendario judicial que acecha al entorno del presidente no es rumorología, es hecho procesal con autos, fianzas y diligencias:
- Begoña Gómez (esposa del presidente): la investigación por tráfico de influencias e indicios de corrupción sigue abierta en Madrid. Declaró negando los cargos y su equipo insiste en que no hay caso; el asunto escaló en 2024 y ha tenido nuevas comparecencias en 2025, con protestas a las puertas del juzgado y máxima polarización.
- “Caso Koldo / Ábalos”: una investigación en la Audiencia Nacional y diligencias en el Tribunal Supremo han destapado presuntas mordidas por adjudicaciones públicas y derivadas que han sembrado el terror en el núcleo del PSOE. El exsecretario de Organización Santos Cerdán ha sido pieza central en 2025 (registros, prisión provisional, emails intervenidos); el propio Sánchez prometió una auditoría interna sin reírse. El caso salpica al exministro de fomento y secretario general del PSOE Ábalos y mantiene investigados a altos cargos del Ministerio en su etapa, según informes de la UCO.
- Hermano del presidente (David Sánchez, “Azagra”): recursos y resoluciones en la Audiencia Provincial de Badajoz han ido abriendo paso hacia el juicio por presunta prevaricación e influencia en su contratación en la Diputación; ha habido decisiones de enjuiciamiento y movimientos procesales relevantes este año. Que ahora se haya sabido que vivía en Moncloa mientras decía que teletrabajaba desde Portugal en un puesto de trabajo imaginario creado para él en Badajoz, sólo nos da una idea del nivel de desfachatez con el que los socialistas están saqueando las instituciones públicas.
- Fiscal General del Estado (Álvaro García Ortiz): el Tribunal Supremo ha dictado auto de apertura de juicio oral por presunta revelación de secretos en la pieza relacionada con el novio de la presidenta madrileña. Es una anomalía institucional sin precedentes que el responsable de la acusación pública sea el que esté en el banquillo y que la fiscalía que debería acusarle en defensa de los ciudadanos sea ahora su defensa particular. Además, el instructor impuso fianza (después reducida) y el propio CGPJ ha divulgado la resolución. Si el vértice del Ministerio Fiscal está en el banquillo, el clima jurídico no ayuda a dar confianza.
¿Por qué todo este ruido empeora tu renta disponible? Porque el Gobierno, atrapado entre frentes judiciales y desgaste parlamentario, tiende a ocupar titulares con las medidas más disparatadas y ocurrencias de los tuercebotas que forman el Gobierno: más topes, más subvenciones dispersas, más recargos “temporales”, más normativa de urgencia que encarece costes y paraliza inversión. El resultado es el de siempre: menos competencia, menos oferta (de vivienda, de empleo de calidad) y menos renta en el bolsillo.
Con los datos por delante, la combinación de alquiler caro, cesta de la compra por las nubes, presión fiscal creciente y ruido político-judicial es una trituradora de renta disponible. España no puede permitirse seguir disparando a base de parches y medidas ideológicas que quedan bien en rueda de prensa pero empobrecen a quien madruga. La solución no es un nuevo tope ni un titular o sacar a España de Eurovisión, sino más oferta, menos costes y más certidumbre.