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sábado, 27 julio 2024

Estuvimos a punto de extinguirnos

Ciencia y tecnologíaEstuvimos a punto de extinguirnos

Un equipo multidisciplinario de investigadores de China, Italia y Estados Unidos ha desentrañado en un estudio innovador, publicado en la prestigiosa revista Science, una serie de enigmas previamente incomprensibles en el registro fósil de África y Eurasia, arrojando luz sobre la evolución genética de los antepasados humanos. Este estudio utilizó una metodología vanguardista conocida como FitCoal, que se basa en el proceso rápido de coalescencia en tiempo infinitesimal, y analizó secuencias genómicas de 3.154 individuos actuales para obtener resultados precisos en cuanto a inferencias demográficas.

El trabajo liderado por Yun-Xin Fu, un destacado genetista de poblaciones del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, reveló hallazgos sorprendentes. Según sus conclusiones, nuestros primeros antepasados humanos experimentaron un severo cuello de botella poblacional en el que aproximadamente 1.280 individuos reproductores mantuvieron una población durante un asombroso período de 117.000 años. Este evento puso a la especie humana al borde de la extinción, con una drástica pérdida de diversidad genética.

Este hallazgo arroja luz sobre las lagunas en los registros fósiles de África y Eurasia, y Giorgio Manzi, antropólogo de la Universidad Sapienza de Roma, señala que este cuello de botella coincidió con un período propuesto de pérdida significativa de registros fósiles, sugiriendo que las condiciones climáticas desempeñaron un papel crucial. Las glaciaciones de la Edad de Piedra temprana provocaron cambios drásticos en las temperaturas, sequías severas y la desaparición de otras especies que podrían haber servido como fuente de alimento para nuestros antepasados.

Se estima que aproximadamente el 65,85 % de la diversidad genética actual se perdió debido a este cuello de botella poblacional en el Pleistoceno temprano y medio, lo que amenazó seriamente la existencia de la humanidad tal como la conocemos hoy. Sin embargo, este evento también podría haber contribuido a un acontecimiento de especiación en el que dos cromosomas ancestrales se fusionaron para formar el cromosoma 2 en los humanos modernos, lo que posiblemente revela el último antepasado común entre los denisovanos, los neandertales y los Homo sapiens.

Estos hallazgos abren un nuevo campo en la investigación de la evolución humana y plantean numerosas interrogantes, incluyendo la ubicación de estos antepasados, cómo sobrevivieron a los desafíos climáticos catastróficos y si la selección natural desempeñó un papel en la evolución del cerebro humano durante este cuello de botella poblacional, como sugiere Yi-Hsuan Pan de la Universidad Normal de China Oriental, quien también participó en el estudio.

Este estudio ha revelado la existencia de una lucha ancestral por la supervivencia que tuvo lugar hace aproximadamente entre 930.000 y 813.000 años, lo que impulsa a los investigadores a continuar explorando para descubrir cómo una población tan reducida pudo persistir en condiciones presumiblemente adversas y peligrosas, superando la amenaza de la extinción humana.

Se considera que el control del fuego, junto con un cambio climático hacia condiciones más favorables para la vida humana, contribuyó a un posterior y rápido aumento de la población hace unos 813.000 años, marcando un punto de inflexión en la historia de la evolución humana, tal como sugiere la investigación. Esta nueva perspectiva científica sobre la evolución humana proporciona una base sólida para futuras investigaciones y descubrimientos en este emocionante campo.

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