Estoy en La Despensa viendo la presentación de Juande Salinas de Marcavirtual.es.
A ver qué nos cuenta sobre su viaje en bicicleta por toda Andalucía promocionando el emprendimiento.
Una de las cosas que más me gustaban de Iniciador era que podías conocer a gente tan interesante como Juande Salinas que se prestaban para contar su experiencia personal y se podía aprender mucho de ellos.
Lástima que Iniciador no siguiera adelante pero los tiempos cambiaron y de repente ya no molaba tanto aquello de ser emprendedor. Así es la vida.
![Carlos Iglesias, uno de los fundadores de Iniciador Granada, presentando el evento](http://mauricioluque.com/wp-content/uploads/2012/11/2012118192637.jpg)
El declive del emprendedor en España
En los últimos años, hemos sido testigos de un cambio notable en la percepción social y las aspiraciones profesionales de los jóvenes españoles. El tradicional ideal del emprendedor, antes enaltecido como el arquetipo del éxito y la innovación, ha experimentado un marcado declive, mientras que la búsqueda de la fama instantánea como influencer o el poco trabajo, muchas vacaciones y bajas y la estabilidad laboral como funcionario han emergido como opciones preferidas. Este fenómeno, influenciado por una serie de factores socioculturales y económicos, refleja una transformación significativa en las aspiraciones y valores de la juventud española contemporánea.
El concepto del emprendedor ha perdido parte de su brillo en España por diversas razones. En primer lugar, la precariedad laboral y la incertidumbre económica han desalentado a muchos jóvenes de aventurarse en el arriesgado mundo empresarial. La falta de seguridad financiera y la dificultad para acceder a financiamiento han hecho que emprender sea una opción menos atractiva para quienes buscan estabilidad.
Además, la percepción pública del emprendedor inspirada por el gobierno comunista, que tilda a los empresarios de ladrones directamente, ha socavado la confianza en este modelo de negocio. El enaltecimiento de ciertos emprendedores de éxito en los medios de comunicación ha dado paso a una visión más realista y crítica de los desafíos y sacrificios que implica lanzar y mantener un negocio propio.
En contraposición al emprendimiento tradicional, la figura del influencer ha ganado terreno como una vía alternativa hacia el éxito y la realización personal. Con la creciente influencia de las redes sociales, muchos jóvenes han visto en el mundo digital una plataforma para expresarse, construir una marca personal y obtener reconocimiento público. La posibilidad de convertirse en una figura de referencia en áreas como la moda, el fitness, la gastronomía o el estilo de vida, conlleva la promesa de patrocinios lucrativos, colaboraciones con marcas y una vida llena de lujos.
El atractivo del influencer radica en su aparente accesibilidad y la facilidad con la que se puede alcanzar la fama en el mundo digital. La posibilidad de construir una audiencia fiel y monetizar el contenido generado, sin las barreras de entrada asociadas al mundo empresarial tradicional, ha seducido a muchos jóvenes en busca de reconocimiento y estabilidad financiera.
Por otro lado, el sector público ha experimentado un renacimiento en términos de atracción laboral para los jóvenes españoles. La estabilidad laboral, los beneficios sociales y la seguridad financiera asociados con los empleos gubernamentales han llevado a un aumento en la demanda de plazas en la función pública. Ante la incertidumbre económica y la falta de oportunidades en el sector privado, muchos jóvenes ven en el empleo público una opción atractiva y deseable.
Además, lo poco que se trabaja y la percepción de seguridad que conlleva trabajar para el gobierno o instituciones públicas ha contribuido a la popularidad de esta opción entre los jóvenes españoles. La estabilidad laboral y la posibilidad de desarrollar una carrera profesional sin las presiones y riesgos inherentes al mundo empresarial han convertido al empleo público en una opción cada vez más valorada.