Tradicionalmente la causa palestina ha gozado de una notable simpatía entre la izquierda española. El pañuelo palestino es una prenda que lucen orgullosos los militantes y simpatizantes de partidos de extrema izquierda en sus actos públicos y parece que los recientes ataques de Hamás y Hezbolah contra Israel no les van a hacer cambiar de opinión.
Por su parte, la Comisión Europea emitió ayer lunes por la tarde un comunicado en el que informaba de la congelación inmediata de todos los pagos previstos en los programas de ayuda a Palestina; hay que entender también que el Comisario de Vecindad encargado de estos programas es el húngaro Oliver Varhelyi y que sus puntos de vista pueden no corresponder con los de todos los países miembros. Por lo pronto desde los organismos burocráticos de la Comisión Europea se ha asegurado que por ahora no se han suspendido los fondos al desarrollo para Palestina porque no hay desembolsos previstos de manera inmediata pero sí que confirma que se va a iniciar una revisión urgente de las ayudas para asegurarse de que los fondos que la Unión Europea envía como ayuda humanitaria no acaben siendo empleados por las organizaciones terroristas que dominan la franja de Gaza y Cisjordania.
En total los fondos que hasta ahora ha venido entregando la Comisión Europea a la Autoridad Palestina han estado alrededor de los 300 millones de euros, de los cuales veinticinco millones son auténtica ayuda humanitaria y el resto se destina a programas de desarrollo que luego son usados sobre el terreno con más o menos control, tirando a descontrol.
Quienes han tardado menos en protestar contra esta paralización de las ayudas por parte de la Comisión Europea ha sido, sorpresa, los españoles. El Gobierno de España no ha perdido ni un segundo en mostrar su desacuerdo y pedir que no se produzca ninguna suspensión hasta que no se celebren una y mil reuniones para que la decisión se pierda en los laberintos burocráticos de Bruselas.
La postura del gobierno español no extraña porque ayer ya fueron algunos ministros del gobierno quienes mostraron su apoyo a la causa palestina y no condenaron los ataques de Hamás ni estuvieron del lado de las más de mil víctimas provocadas en este en el ataque terrorista llevado a cabo en el sur de Israel. No es de extrañar por eso que personajes de la la extrema izquierda como Íñigo Errejón y Ione Belarra o Yolanda Díaz se hallan manifestado en contra de la decisión de Bruselas.
Lo importante, sin embargo, va a ocurrir en las próximas semanas cuando veremos que el Gobierno español utilizará unas palabras muy bonitas, seguramente solidaridad, ayuda humanitaria, hermandad y todo ese post lenguaje que tan bien saben utilizar, para justificar que mantienen o incluso aumentan la ayuda a la Autoridad Palestina, aún a sabiendas de que buena parte de esos fondos se van a destinar a financiar estructuras con las que Hamás sostiene su lucha contra Israel.
El Gobierno de España que preside Pedro Sánchez destina fondos al desarrollo por 100 millones de euros para que Palestina cumpla con la Agenda 2030. Así aparece contemplado en el plan quinquenal vigente que se denomina Marco de Asociación País de Palestina-España 2020-2024, con sello del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación que dirige José Manuel Albares.
En realidad, contando que el gobierno socialista siempre promete mucho pero luego le deja facturas sin pagar a todo el mundo, entre todos los programas de ayuda a Palestina, calculo que el Gobierno español debe estar enviando entre cinco y diez millones de euros al margen de la ayuda de la Comisión Europea. Y eso sin contar los planes que los partidos de extrema izquierda ponen en marcha allí donde llegan a las instituciones para organizar todo tipo de colectas y conceder subvenciones a supuestas ONG’s para la cooperación con la causa palestina (por ejemplo, esta de la Diputación de Málaga).
Como español, me avergüenza ver que desde España se dedica nuestro dinero, el que nos quitan mediante los impuestos, para ayudar a estos terroristas como si nosotros mismos no supiéramos el daño y el dolor que provoca el terrorismo. Para entenderlo, los ataques terroristas de Hamás de estos días han provocado más muertes que todos los asesinatos de la banda terrorista ETA en sus cuarenta años de historia.
Hay que cortar tajantemente esa ayuda pero no creo que el Gobierno de España vaya ni siquiera a reducir la financiación a los palestinos porque Pedro Sánchez y sus secuaces nunca estarán en el lado bueno de la Historia.
A mí lo que me sorprende es que cada vez que pasa algo de esto, cada vez que hay un follón en el mundo, resulta que los españoles estamos mandando dinero allí.
Con razón aquí te dan cita en el médico a las tres semanas, si es que luego no hay dinero para tener médicos en los ambulatorios porque se lo hemos mandado a Palestina o a los otros o al quinto pino.
A ver si ponen las cosas de aquí a funcionar y luego ya no iremos acabando de ayudar a los demás.
Nadie parece darse cuenta de que entregarle dinero a los palestinos es financiar el terrorismo. Si se financian las escuelas, esas escuelas van a ser parasitadas por Hamás, que las parasitará para adoctrinar a los chavales que después serán los terroristas suicidas que se lanzarán machete en mano a asesinar a varios judíos mientras caminaban hacia la sinagoga. Es algo que ocurre a menudo en Israel pero de lo que no se es consciente en Occidente.
Si se financia el agua potable, esas obras serán adjudicadas a subcontratas de Hamás, que colocará allí a sus militantes y a los familiares de estos y después controlará quién tiene agua potable en su casa y no, con lo que todos al final, acaban siendo esclavos de Hamás.
Hay que cortar toda la financiación europea hacia Palestina para asfixiar al terrorismo de Hamás.
Exacto, Raquel.
Muchas gracias por tu opinión.