Ayer estuve en la duodécima edición de los meetups de Granada Interactiva, que esta vez se dedicaba a los motores personalizados en videojuegos.
Antes de meterme en harina con lo que fue el evento en sí, no me queda más remedio que empezar agradeciendo a los patrocinadores del evento su apuesta porque se sigan celebrando encuentros de este nivel. En esta ocasión los patrocinadores fueron Eduardo Sánchez, que es consultor de patentes y marcas y experto en propiedad intelectual, cosa de la que nadie se acuerda cuando empieza a desarrollar un videojuego pero que si no se planea desde el principio puede acabar metiéndonos en problemas aunque vayamos con las mejores intenciones del mundo; el otro patrocinador fue Luca Mefisto que es un desarrollador granadino que ahora mismo está trabajando en temas de realidad virtual aplicadas a la rehabilitación. Gracias a los dos.
En cuanto al evento en sí, una de las mejores cosas que tiene es que, gracias a estos patrocinadores, cuando llegas te encuentras a alguien que directamente te da un ticket para una consumición gratuita y te encuentras las mesas llenas de picoteo. Es difícil empezar mejor. 😀
Después hubo el habitual repaso a la actualidad en temas de desarrollo de videojuegos y realidad virtual y aumentada y es uno de los apartados que me encantan de estos meetups porque además de admirarnos por las cosas que se hacen en todo el mundo mundial, a veces también te puedes echar unas risas a costa de los patinazos que mete la gente importante, incluidos los top más top del mundo y eso ayuda a crear buen ambiente y a empezar relajados.
Después de esta introducción llega el momento central del meetup que es la presentación sobre motores personalizados para videojuegos a cargo de Angelo Theodorou que en la página del metup describen como un profesional que actualmente se encuentra desarrollando su propia herramienta. En realidad Angelo es un crack de nivel mundial al que ayer tuvimos la suerte de escuchar y que ahora está asentado en Granada trabajando en sus cosas de programadores y que en sus ratos libres sigue, después de trece años, desarrollando su propio motor para videojuegos en 2D. Trece años para desarrollar un proyecto podrán parecer muchos pero es que crear un motor de videojuegos es una tarea tan desmesurada que requiere tener conocimiento de tantos campos que, salvo que se disponga de un equipo grandísimo, va a llevar necesariamente varios años para llegar a buen puerto.
Para que te hagas una idea de la complejidad puedes entrar en el git del proyecto, que se llama nCine para comprobar por ti mismo la cantidad de ficheros, subdirectorios, scripts, etc que lo forman. Y todo hecho por una sola persona. Con un par.
La charla fue in crescendo porque al principio, cuando empezó a pasar páginas y páginas de powerpoints (encima con el borrón en el proyector que puedes ver en las fotos) con algunos ejemplos de juegos y explicando componentes del motor parecía que aquello iba a ser durillo, pero conforme fue avanzando la cosa se fue poniendo más interesante porque empezó a entrar en el punto de contacto entre el motor de juego y los desarrolladores y cuando acabó y se abrió el turno de preguntas llegó lo verdaderamente sabroso. Aprovechando que Angelo es alguien de talla mundial que por ejemplo ha trabajado en Frostbyte (¡sí, algo de ese FIFA que tanto te gusta, lo ha hecho él!), uno de los asistentes le preguntó que si desarrollar su propio motor había sido una aportación para la empresa o al revés trabajar en una de esas empresas le permitía aprender cosas para su motor y la respuesta estuvo a la altura. Lo que nos dijo es que el beneficio es mutuo porque ambas partes salen ganando pero que en algunas empresas donde él ha trabajado como EA Sports se encuentra con una prohibición absoluta de verter cualquier conocimiento o herramienta en ninguna clase de repositorio porque la filosofía de algunas empresas practican la filosofía del embudo y precisamente eso fue lo que le impulsó a dejar algún trabajo y a optar por trabajar para empresas que sí entendiesen que esta especie de colaboración es beneficiosa para ellas mismas y para la comunidad.
Le hicieron varias preguntas bastante interesantes y después de todo a mí me quedó la sensación de que (independientemente de cómo se titulase la charla) más que de motores de videojuegos custom, de lo que estuvimos hablando todo el rato fue de motores hechos in house por pequeñas o grandes compañías o motores con poca difusión pero que, en realidad, casi ningún juego del mundo mundial justifica la creación de su propio motor porque es un trabajo infinito y el propio Angelo ya nos contó que, si se toma perspectiva, lo que tiene hasta ahora se podría ver como sólo una parte de un ecosistema mucho más grande que empezase, por ejemplo, en un editor pero que, a su vez, le supondría otro montón de años desarrollarlo y así hasta el infinito.
Después de cada charla estos meetups tienen un apartado de networking y demos y ayer en particular se pudo jugar a Co’optris que es un tetris colaborativo elaborado por Manuchi que puedes encontrar en este enlace y que es un tetris a cuatro manos en el que dos jugadores tienen que resolver sus tetris simultáneamente y, por si el juego no fuera ya complicado de por sí, comparten teclas, de modo que tienen que repartirse el tiempo de juego pulsando la barra espaciadora. Tantos dedos por el teclado y tanta urgencia, acaba haciendo que la experiencia sea divertida; es casi como jugar a dobles en el ping pong: al principio hay más choques y más porrazos que otra cosa pero tó en la vía es cuestión de ponese.
Tú prueba a jugar, que se puede hacer online y verás que igual otra cosa no, pero la musiquilla que tiene la vas a acabar teniendo metida en la cabeza y no te la vas a poder sacar en todo el día. Avisado estás, que llevo yo ya dos horas con el tin tun tin, tin tintin y no sé cómo sacarlo de ahí.
Por razones que no vienen al caso, me tuve que venir pronto y no me quedé allí a disfrutar de todo esto pero ya estoy deseando que organicen el siguiente meetup para enterarme de más cosas chulas y juntarme con gente lista, a ver si se me acaba pegando algo.
